Champán, yates, olor a Channel nº 5.
Estamos en Montecarlo, estamos en la cuarta carrera del I campeonato Borjado de Race Formula 90. A estas alturas de campeonato, cualquier error se paga, ya no hay margen para recuperar, es un todo o nada y los pilotos lo saben. A sabiendas que la calificación era esencial, dos pilotos salieron reforzados en la misma, Mymenda Prost conseguía la pole mientras que el líder Dessmond Alesi le seguía en la primera línea. Más presión para Alberto Gugelmin y Edén Nanini que se veían relegados a la tercera línea por delante de Senna y Berger, con reclamación a la FIA de nuevo por injerencias del equipo Williams en el sistema de cronometrado.

La salida fue tensa y emocionante. Llovía en el Principado y casi todos los equipos montaron neumáticos de lluvia, experto Prosa y Nanini, que montaron intermedios confiados en que las condiciones cambiarían a poco de empezar la carrera. Los chamanes se equivocaron al otear las nubes y ese error lastró las primeras vueltas. Con todo Alesi aprovechó el acierto de neumáticos, pasó a Prosa en la primera curva y se lanzó a por una ventaja que supliera su más que segura entrada temprana a boxes. No sirvió de nada, a poco de empezar Berger empotró su coche con el lateral en la curva del casino y el Safety Car puso a todos los coches en línea. Cada vuelta era un perjuicio para los que tenían que entrar a repostar pronto.

En el relanzamiento y vueltas posteriores vueltas Alesi de nuevo intentó sacar tod la ventaja posible, aunque las condiciones meteorológicas provocaban muchas banderas amarillas en pista que iban minando el ritmo de carrera. Por detrás Nanini y Gugelmin se las veían una vez más en carrera. La historia de enemistad de estos pilotos tuvo un nuevo episodio a medida que iban escalando posiciones a la caza de Prost. El público contenía el aliento a cada apurada de frenada.

Con el baile de pit stops empezaron a cambiar las estrategias. Gugelmin entendía que no estaba avanzando tal y como esperaba, mientras que Prost se iba acercando a Alesi. Este seguía en solitario adelante, aguantando gracias a la ventaja adquirida al inicio de carrera, pero con problemas con sus neumáticos de lluvia. Prosa y Senna alternaron alguna vuelta en el liderato pero sus pit stops devolvieron al francés de nuevo a la cabeza. Por detrás el pique entre Gugelmin y Nanini volvía a saltar a lo extradeportivo, las radios de cada equipo echaban humo con los insultos de uno y otro. Gugelmin, desesperado, intentó un adelantamiento vertiginoso en Santa Devota pero se salió de la pista, perdiendo de nuevo el tren de Nanini.

Bajo la manta de lluvia, los cuatro pilotos más destacados ya se encuentran en las primeras posiciones. Un nuevo accidente de un coche retrasado vuelve a sacar al Safety Car y a poner a todos los pilotos en línea. Alesi, desesperado, ve cómo se esfuma de nuevo su ventaja.

Tras la segunda tanda de pit stops, Gugelmin y Prosa avanzan. Prost es líder, cree que no va a tener que volver a parar, mientras que Alesi confía en que lo haga de nuevo y le marca a corta distancia sin forzar el coche. Ahora Gugelmin se encuentra más cómodo en pista, peor no pierde ojo a Nanini que marcha delante de él.

Finalmente los neumáticos de Prosa dicen basta a pocas vueltas para el final. La paciencia de Alesi se ve recompensada y vuelve a tomar un liderato que no soltará hasta el final. Por detrás Nanini intenta una última pasada en el casino, pero adelantar en Mónaco es imposible, la maniobra le relega a la cuarta posición, remontar va a ser muy difícil.

Alesi mantiene su posición aprovechando la imposibilidad del circuito para adelantar, sus rivales son testigos mudos de un campeonato que se escapa. Gugelmin se encuentra en segunda posición, pero tampoco ataca al líder con vehemencia, mira más a su retrovisor para mantener la segunda plaza.

Bandera a cuadros. Una legión de fotógrafos espera a Alesi, que baja del coche dando saltos tras toda la tensión acumulada. Sabe que ya es matemáticamente campeón y lo celebra lanzándose a los brazos de los mecánicos que esperan tras la valla. Nanini intercambia palabras con Gugelmin, de nuevo se siente agraviado y sabe que ambos empatan a puntos por el subcampeonato. Prost, pensativo, cree que la telemetría le jugó una mala pasada pensando que sus neumáticos aguantarían más.
Clasificación:
1º Dessmond Alesi
2º Alberto Gugelmin
3º Mymenda Prost
4º Edén Nanini
5º Ayrton Senna
6º Ricardo Patresse
Clasificación general:
1º Dessmond Alesi 40 puntos
2º Alberto Gugelmin 18 puntos
3º Eden Nanini 18 puntos
4º Mymenda Prost 12 puntos
5º Ayrton Senna 7 puntos
6º Ricardo Patresse 5 puntos
7º Gerhard Berger 4 puntos
La noche se hace eterna en el principado. Los paparazzis trabajan a destajo y cazan a Alesi y Gugelmin saliendo de uno de los famosos casinos de la ciudad. Dicen las malas lenguas que el brasileño ya tiene un precontrato firmado con el equipo campeón con la condición de que gane el subcampeonato. Nanini lo leerá todo en la edición dominical del Corriere dello Sport.


Mis contrincantes guardan silencio. Entendible. Es difícil asimilar no haber sido capaces de arrebatarme la victoria en cuatro Grandes Premios.
A celebrarlo!
Sabotaje en los neumáticos, pido una investigación. Clama el piloto Prost
«El mismo tipo de neumáticos se degradó de manera distintas tras la parada en Pit-stop.» dice en rueda de prensa.
El piloto proclama que aunque no haya opción de ganar el campeonato va a dar guerra para llegar ala segunda posición, aunque juegue con desventaja.
Después del largo silencio de la FIA solo leemos una crónica lamentable de un mal llamado «periódico deportivo». Alusiones a los profesionales de algunas escuderías, llamando chamanes a un equipo que se esfuerza día a día por hacer lo mejor en cada carrera, o avivando el enfrentamiento entre dos profesionales de las carreras con rumores sacados de contexto… una pena para la prensa deportiva seria.
Tras lo ocurrido en Mónaco, vuelven a saltar chispas en los comunicados de Edén Nanini:
«No me podía creer lo que estaba pasando cuando empezaron a mover mi monoplaza en la línea de salida, por radio escuchaba gritar a Flavio Briatore algo sobre un error en el cronometraje que nos perjudicaba en la salida. Me parece increíble enterarnos en el último momento» Tras estas declaraciones se vuelven a sacar a la luz las distintas denuncias por «favoritismos» a otras escuderías.
Con respecto al tiempo podiamos escuchar las siguientes declaraciones » Nuestros técnicos son grandes profesionales, no siempre pueden acertar, vimos que otras escuderías también apostaron por que la lluvia parase pronto pero a lo largo de la carrera el viento cambio de dirección y nos perjudico muchísimo el primer tercio de carrera […] Pudimos cambiar de neumaticos, para seguir luchando por la primera posición pero se vé que no tomamos a tiempo la decisión»
Tras la pregunta sobre lo accidentado de la carrera Nannini respondía «Después de varias vueltas se escucharon por la radio de otras escuderías que una bandera amarilla podría favorecer a las ultimas posiciones, en pocas vueltas parece que hay algún choque en un adelantamiento y con la salida del safety car solo pudimos ver frustado nuestro intento de ponernos en cabeza, al agolpar a los coches tuvimos que seguir a algunos bólidos más lentos que nosotros y solo se vio favorecida la cabeza de la carrera»
Antes de terminar la rueda de prensa los periodistas empezaron a incomodar al piloto con preguntas referidas a los rumores sobre las negociaciones a media temporada o las supuestas reuniones clandestinas entre pilotos. El piloto zanjó esta discusión de manera tajante pudiendose escuchar fuera de micro una serie de insultos que no estamos dispuesto a escribir en esta editorial.
A pesar de que el campeonato este servido, podemos estar seguros de que la lucha por el resto de posiciones no está tan clara y los corredores lucharán hasta el final.
Alberto Gugelmin en declaraciones a la prensa:
«Es cierto que en pasadas carreras Nanini y yo tuvimos más que palabras, pero es curioso que la prensa siga viviendo de ese chascarrillo aún hoy en día. En Montecarlo hubo un enfrentamiento entre caballeros que se saldó a mi favor por circunstancias de carrera. Lo cierto es que esto es bueno para el espectáculo porque aunque la primera posición del cajón está decidido, la lucha por la segunda plaza será si cabe más divertida aún.»