Tras la derrota de Espinosa de los Monteros Napoleón ha conseguido reunir más de 70.000 hombres bajo el mando de los generales Soult, Ney y Bessieres. Frente a ellos se encuentra el inexperto e impulsivo conde de Belveder, recién nombrado por la Junta Central para intentar cortar el avance del emperador hacia Madrid. Por razones poco claras, escoge situarse en un llano desprotegido en lugar de parapetarse tras los muros de la ciudad.

 

 

 

La acción comienza ya desde la madrugada; Soult envía a la caballería de Lasalle contra las desguarnecidas posiciones españolas mientras la infantería de Mouton avanza para ocupar el bosque. Las bisoñas tropas españolas pronto ceden ante el ímpetu de la carga francesa y comienzan a retirarse en desbandada.

 

 

…Únicamente un solitario batallón de trescientos veteranos de las Reales Guardias Valonas aguantará firme en cuadro,permaneciendo sin rendirse hasta quedar tan solo 74 hombres.

“El jefe accidental del Batallón, D. Vicente Genaro de Quesada, se mantuvo en su puesto esperando la muerte, y cuando algunos jinetes franceses se le acercaron exigiéndole la entrega de la espada, aún intentó defenderse, en cuya pelea heroica sacó fuera de combate a uno de los enemigos e hirió a otro, hasta que rendido de fatiga y acribillado de heridas, cayó casi exámine sin conocimiento, que no recobró hasta al ser curado en el hospital de sangre. Momento en que Bessieres le devolvió la espada, en prueba de admiración y respeto ante tan bravo soldado”.

 

 

Los soldados españoles corrieron a refugiarse en Burgos. La caballería de Soult y la de Lasalle persiguieron con gran ímpetu a los españoles por todo el camino de Gamonal y entraron justo tras ellos en la ciudad, mezclados vencidos y perseguidores en un gran desorden en medio de las calles. 
El general Lasalle dio licencia a la tropas para ejecutar un saqueo general por dos días y mandó pegar fuego a la ciudad por tres partes: el barrio de Vega, la Plaza de la Verdura y Tesorería.

«El escenario está montado. Las líneas de batalla están trazadas, y estás al mando. ¿Puedes cambiar la historia?»